miércoles, agosto 02, 2017
Hay quienes viajan buscando placer y tranquilidad y los hay también que se ponen en marcha con el objetivo de vivir experiencias diferentes y auténticas. Para esta segunda categoría de viajeros que se deja sorprender, la ruta costera que parte desde Santo Domingo, en dirección al suroeste, hasta Pedernales, ya en la frontera con Haití, resulta imprescindible para entender tanto la diversidad como la cultura dominicana. Acantilados, playas vírgenes, montañas, paisajes desérticos, lagos, gente sencilla y que conserva la inocencia del preturismo de masas y la pureza del lugar componen la pintura de una zona con la mayor biodiversidad de la isla y que está llamada a convertirse en el destino sostenible del país
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